Un huésped discreto
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Crédito de la imagen: Ramiro Tomasina, integrante del Laboratorio de Interacciones Hospedero-Patógemno del Institut Pasteur de Montevideo y de la Unidad Académica de Parasitología y Micología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República.
Un parásito de unos 20 micrómetros de largo (la mitad del grosor de un pelo) es el causante del Mal de Chagas, una enfermedad que afecta a cerca de 7 millones de personas en el mundo y provoca unas 12.000 muertes cada año.
El microorganismo que provoca esta enfermedad se llama Trypanosoma cruzi e infecta a las personas a través de la picadura de una vinchuca infectada con el parásito. También se puede transmitir por vía oral (a través de alimentos contaminados con heces de los insectos transmisores), o durante el embarazo o parto (cuando una madre infectada contagia la enfermedad al bebé).
Al ingresar al torrente sanguíneo, este microorganismo se aloja en las células de distintos órganos y tejidos. En la fase aguda de la enfermedad puede causar lesiones en la piel, fiebre, malestar general, y otros síntomas leves. Sin embargo, si la infección no se trata a tiempo, en el curso de los años las personas infectadas desarrollarán trastornos digestivos, neurológicos y cardíacos graves que pueden ser fatales. No obstante, la enfermedad de Chagas es curable si el tratamiento antiparasitario se inicia de manera precoz.
En esta imagen de microscopía confocal se pueden ver tres Trypanosoma cruzi, con su característica cola (llamada flagelo).
En el instituto se desarrollan varias investigaciones que buscan comprender mejor cómo es el ciclo de vida de este parásito, cómo infecta a las células y cómo combatirlo.
Por ejemplo, para entender cómo este parásito invade el intestino, dos grupos del instituto —el Laboratorio de Biología Redox de Tripanosomátidos y la Unidad de Biología Celular— crearon mini-intestinos en laboratorio que imitan la estructura y función de los órganos y sirven como modelos de investigación para estudiar cómo se forman los tejidos, cómo se desarrollan las enfermedades y cómo funcionan los fármacos, entre otras utilidades. En este trabajo, el equipo científico infectó estos mini intestinos con T. cruzi y lograron identificar qué células afecta y cómo se replica el patógeno. Actualmente están explorando como actúan los fármacos en ese micro-ambiente.
El Laboratorio de Interacciones Hospedero-Patógeno del instituto también se dedica al estudio del Chagas, pero observando en particular los casos de embarazadas infectadas. Este estudio parte de datos recabados por el Departamento de Parasitología y Micología del Instituto de Higiene de la Universidad de la República que realiza un monitoreo sistemático a las embarazadas con Chagas. En esos estudios observaron que muchas de las embarazadas infectadas con Chagas no tenían síntomas severos, y al profundizar el análisis familiar se constataba que la infección también estaba presente en la madre de la gestante y en su abuela. Esto implicaba que el parásito lograba transmitirse de manera silenciosa de generación en generación.
A partir de esta observación, desarrollaron un estudio que confirmó que las cepas de los parásitos detectadas en las mujeres se habían especializado para transmitirse a través de la placenta. No eran tan virulentas como cepas que se transmiten por otras vías y habían logrado adaptarse para mantener un vínculo "silencioso" con su huésped humano. Para entender el comportamiento peculiar de estas cepas, actualmente se está investigando su genoma.