Inflamación en acción

Médula inflamada

Crédito: Antonella Danatro, Laboratorio de Inmunoregulación e Inflamación, Institut Pasteur de Montevideo.

A lo largo del tiempo, la ciencia ha desarrollado diversas estrategias para tratar enfermedades: desde cirugías y fármacos hasta tratamientos más avanzados como las terapias genéticas. En este marco, las inmunoterapias representan un gran salto en la medicina moderna. Estas terapias innovadoras surgidas hace unas décadas aprovechan el poder natural del sistema inmune —que es nuestra defensa natural contra infecciones y otras amenazas— para tratar enfermedades como el cáncer y las enfermedades autoinmunes. La clave está en estimular, modular o suprimir el sistema inmunológico para atacar células malignas o controlar respuestas anormales que dañan al cuerpo.

Pero las inmunoterapias aún están en desarrollo, por lo que diferentes grupos científicos en el mundo investigan diferentes elementos y mecanismos para entender su interacción con el sistema inmune y cómo se puede usar a favor del combate de enfermedades.

En el Institut Pasteur de Montevideo, el Laboratorio de Inmunoregulación e Inflamación (LIRI) estudia desde hace años una proteína llamada Torid que se ha visto que juega un rol clave al regular la inflamación, un mecanismo que el sistema inmunitario activa naturalmente para protegernos. Si bien la inflamación es esencial, cuando ocurre de manera descontrolada en órganos como el cerebro puede causar daños severos.

La imagen que se ve aquí corresponde a un corte de médula espinal de un modelo de ratón que no tiene la proteína Torid. Bajo el microscopio se distinguen en rojo las zonas inflamadas, en azul los núcleos de las células y en verde las microglías, que son células del sistema nervioso encargadas de protegerlo de agresiones. La imagen revela que sin la presencia de Torid, la inflamación se desborda, causando una enfermedad neurológica autoinmune grave.

En humanos se ha observado que los pacientes con esclerosis múltiple (una enfermedad autoinmune que afecta al cerebro y la médula espinal) que tienen un gen de Torid más activo responden mejor a los tratamientos estándar.

Por eso, el LIRI investiga formas de activar la proteína Torid mediante fármacos. El objetivo es controlar la inflamación y reducir la severidad de la enfermedad, abriendo así nuevas puertas a tratamientos más efectivos y personalizados.

Esta página es parte de un proyecto de la Unidad de Comunicación y Prensa del Institut Pasteur de Montevideo
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